La receta tradicional que siempre hemos comido en casa preparada por mi madre, tan sencilla y cargada de cariño. La moussaka es un plato delicioso, lleno de sabor y matices y perfecto para ser disfrutado en compañía.
Comenzamos lavando las berenjenas y cortándolas a lonchas longitudinales o a rodajas de medio centímetro. Las ponemos sobre un papel absorbente y les añadimos una pizca de sal. Mientras éstas expulsan el agua, en una sartén grande con aceite vamos friendo las patatas (a las que habremos añadido una pizca de sal para condimentar) ligeramente solo hasta que las tengamos tiernas por dentro. Una vez listas, sacamos, escurrimos y apartamos.
Ahora retiramos la cantidad de aceite de la sartén y dejamos solo un fondito. Secamos las berenjenas por ambos lados y a vamos friendo por tandas (usad una sartén lo más grande posible para acelerar este paso). A medida que freímos, vamos añadiendo aceite. Las sacamos y las ponemos en un colador para que escurra el exceso de aceite.
Una vez hemos acabado con las patatas y las berenjenas en esa misma sartén a fuego medio y con los restos de aceite que nos han sobrado de freír las patatas y las berenjenas, sofreímos la cebolla y el ajo, salpimentamos y añadimos la carne. A continuación añadimos el tomillo y el tomate. Removemos bien y con el fuego medio tapamos y dejamos unos 25 minutos friendo. Seguidamente añadimos el vino y dejamos unos 10 minutos más, esta vez con la sartén destapada. Hasta que se nos haya absorbido todo el líquido.
Mientras se sofríe la carne, vamos a elaborar la salsa bechamel en un cazo, fundiendo la mantequilla friendo bien la harina para que no tenga sabor a crudo y seguidamente sin dejar de batir con las varillas manuales, vamos incorporando la leche hasta obtener nuestra salsa bechamel. Salamos y añadimos una pizca de nuez moscada.
Una vez tenemos la carne, apartamos del fuego y añadimos un huevo batido mezclando bien para que quede todo bien integrado y la salsa nos quede unida.
Mientras precalentamos el horno a 160º
A continuación engrasamos el molde refractario para el horno, colocamos la base con las rodajas de patatas y seguidamente la primera capa de berenjena y después una capa de la salsa de carne, repartimos y aplastamos con el dorso de una cuchara y repetimos esta operación: capa de berenjenas y capa de carne. Así hasta acabar con ellas.
Cubrimos con la salsa bechamel y espolvoreamos con queso rallado, parmesano o mozzarella según nos apetezca más. Metemos la fuente en el horno durante unos 15-20 minutos. Transcurrido ese tiempo subimos la temperatura del horno a 200º para acabar con el gratinado durante unos 3-4 minutos.