Un increíble pastel de chocolate horneado en versión mini para sorprender a los amantes del chocolate con su sabor y suave textura.
Precalientamos el horno a 175º. Unta y enharina 4 moldes pequeñines tipo tamaño de las mini cocottes.
Derretimos la mantequilla y dejamos enfriar un poco hasta que esté tibia.
Mezclamos el azúcar, la harina, el cacao, la levadura, el bicarbonato y la sal en un bol grande. Añadimos la mantequilla fundida, los huevos y la leche y bate hasta obtener una masa homogénea.
Agregamos el agua hirviendo y mezcla hasta obtener una masa lisa pero liquida (no os asustéis). Repartimos entre los 4 moldes y horneamos a altura media unos 25-30 minutos.
Transcurrido ese tiempo, pinchamos para verificar que está bien horneado en su interior y sacamos del horno. Dejamos enfriar un poco antes de desmoldarlos sobre una rejilla.
Troceamos el chocolate y lo derretimos en un cazo a fuego bajo junto con la mantequilla. Lo dejamos enfriar un poco a que atempere un poco.
Colocamos una de las bases sobre el plato en el que se va a servir, untamos unas cucharadas de mermelada (vuestra favorita, yo utilizo la de fresas o frambuesa, pero podéis usar la que más os guste). Colocamos encima otra de las bases y con cuidado vertemos el glaseado de chocolate por encima una pequeña cantidad y vamos esperando a que vaya cayendo por los laterales sin llegar a cubrir el pastel en su totalidad.
Así iremos repitiendo la misma operación con las otras dos bases (4 en total) para montar nuestros dos pasteles.
Decoramos con una pizca de sal (a gusto, si no puedes omitir este paso) y unas florecillas.