Una deliciosa tarta salada muy típica para la época de Cuaresma, con su bacalao desalado y la masa quebrada hecha en casa, queda irresistible! Fácil, sencilla y barata!!
Comenzamos desalando el bacalao que en mi caso, como eran trozos limpios de lomo, los tuve 48 horas en agua, cambiando el agua dos/tres veces al día. Seguidamente los desmigamos y revisamos que no lleven espinas.
Vamos a elaborar la masa quebrada, que ya veréis que es de lo más sencillo. En un bol o cuenco grande tamizamos la harina y añadimos el azúcar y la sal. Con un rallador de agujero grande, rallamos la mantequilla cuando aún está bien fría. Con las manos mezclamos hasta conseguir una textura como de migas en la que no queden grumos grandes, esto nos llevará tan solo unos minutos.
Seguidamente y muy poco a poco, vamos vertiendo el agua fría con una mano y mezclando con la otra. Y terminamos haciendo una bola lisa (si es para molde redondo) o con forma de rulo (si es para después forrar un molde como el mío). Envolvemos en film transparente y metemos en el frigorífico un par de horas o, como yo, lo podemos dejar hasta el día siguiente.
Seguimos transcurridas las dos horas. Las cantidades proporcionadas son para elaborar dos quiches. Así que cogemos la mitad de la masa quebrada, la estiramos sobre un papel sulfurado con la ayuda de un rodillo y una vez tenemos el grosor deseado, volcamos sobre nuestro molde y vamos colocando la masa apretando suavemente sobre el fondo y las paredes. Pinchamos con un tenedor y cubrimos con el papel de horno. Colocamos sobre éste unos garbanzos o pesos de cerámica para evitar que se suba y horneamos durante unos 10-12 minutos o hasta que la superficie de la masa esté seca.
Con la otra mitad de la masa haríamos lo mismo: estirar, pasar rodillo y poner en el molde para hornear. Una idea que os doy es que, si queréis, en lugar de usar ahora un molde rectangular podéis hacer una quiche redondo: yo tengo el de Emile Henry para quiches, pero cualquiera bajito o parecido os servirá. Y si no, también podéis guardar la masa en el congelador para hacer otra quiche otro día, muy bien envuelta en film de plástico durante un mes.
En una sartén profunda o cocotte echamos un fondo de aceite de oliva y la nuez de mantequilla y comenzamos a rehogar la cebolla y el puerro a fuego medio durante unos 10-12 minutos. Añadimos el ajo y a los dos minutos vertemos el vino subiendo el fuego para que evapore. Seguidamente añadimos el bacalao desmigado y rehogamos hasta que veamos que el bacalao está hecho. Probamos y rectificamos sal y pimienta. Veremos que el bacalao suelta líquidos, los cuales desechamos pues si dejamos que reduzcan, el bacalao podría quedar muy seco. Apartamos y reservamos mientras batimos los huevos con la nata y pizca de sal y pimienta.
Seguimos con la receta! Una vez horneada la masa, retiramos del horno y rellenamos repartiendo poco a poco con el sofrito de puerro, cebolla y bacalao con la ayuda de una espumadera para no traernos el jugo que quedó en el fondo de la sartén. Seguidamente vertemos el batido de huevo y nata, colocando todo de manera homogénea para que quede bien repartido. Horneamos durante unos 25- 30 minutos o hasta que veamos que el relleno está bien cuajado.
Al sacarla, la dejamos reposar unos minutos antes de servir a la mesa. Espero que os guste!